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    Innovación - 17/12/2020

    Videojuegos: ¿cómo elegir bien estas Navidades?

    5 min Tiempo de lectura

    Este año los videojuegos han sido una de las piedras angulares del tiempo libre de nuestros menores. Madres y padres, que antes no se planteaban el uso extensivo de videojuegos, se tuvieron que adaptar para poder mantener entretenidos a sus hijos durante los periodos de confinamiento. Esto, unido en muchos casos a un sensible recorte en las posibilidades del ocio más tradicional (hacer deporte de equipo, quedar con amistades, ir al cine, teatro u otras actividades culturales, etc.) hará que estas Navidades los videojuegos vuelvan a ser uno de los regalos estrella, seguramente aumentando su presencia respecto a los últimos años. Pero, ¿cómo elegimos el videojuego más adecuado?

    Si el menor al que le vamos a regalar videojuegos no depende directamente de nosotros, lo primero que debemos hacer es hablar con sus tutores. El acercamiento a esta forma de ocio y la sensibilidad a los contenidos de los videojuegos es una decisión de crianza y no deberíamos inmiscuirnos sin su consentimiento, pues lo que crees que va a ser “el regalo” se puede convertir en un conflicto familiar.

    Lo segundo es escuchar al menor, ¿qué es lo que quiere? ¿qué videojuegos le han gustado antes? ¿de cuál ha oído hablar? Es importante tener en cuenta su opinión ya que muchas veces está más formada de lo que podemos pensar, aunque lógicamente no podemos dejar la elección 100% en sus manos, por eso hay que recabar más información.

    Para adquirir esa información es necesario investigar bien varias cosas, comenzando por averiguar si dispone de alguna plataforma específica (tipo consola) o generalista (como tablet, ordenador, etc.). En el caso de que ya tenga acceso a alguna opción, el siguiente paso es conocer cuál es su uso. Aquí tenemos varias posibilidades:

    a) Juega de forma regular en una plataforma concreta, lo que nos simplifica la tarea porque podemos regalarle directamente videojuegos para ella.

    b) Ha sido regular, pero ha abandonado la plataforma, entonces tenemos que preguntarnos ¿no tiene los juegos que le gustan? ¿la plataforma ya no es para su edad? En el primer caso podemos optar por nuevos videojuegos acorde a sus gustos, para tratar de recuperar el uso de la plataforma. En el caso de que se le quede “pequeño” lo que ya tiene, habría que pensar si regalar la versión más reciente de la que tenía u otra distinta. Es muy habitual que los niños hagan una trayectoria similar al siguiente: juegan con el móvil y ordenador de los tutores → heredan una consola antigua familiar → reciben una tablet o miniconsola propia → videoconsola de Nintendo propia → móvil o PC propio → consola PS o Xbox. Esto puede variar entre las familias, pero seguro que os resulta familiar.

    c) Si no ha jugado habitualmente, ¿es que no le interesa? ¿no tiene posibilidad de jugar a lo que le gusta? ¿no le dejan? Este sería el caso más delicado y en el que hay que indagar más, ya que puede que los videojuegos no sean una buena opción de regalo.

    d) Como último punto hay que pensar si tiene hermanos o si va a jugar con los padres. Los videojuegos pueden ser una buena oportunidad para compartir tiempo de calidad, sobre todo si se puede jugar varios jugadores en local, en la misma máquina con varios mandos. Si estamos en este caso lo que hay que intentar es buscar un punto medio que pueda gustar a todos, que sería lo más complicado.

    Es muy importante tener en cuenta que los videojuegos habitualmente no son compatibles entre plataformas, así que hay que asegurarse que le regalamos la versión correcta del juego.

    Una vez decidido que el regalo idóneo son los videojuegos, hay que preguntarse cuál es la mejor opción. En este artículo vamos a centrarnos en cómo elegir de forma efectiva un videojuego premium o con modelo de negocio tradicional, es decir, aquellos que hay que hacer un desembolso previo para poderlos tener, ya que son los más habituales en los regalos de Navidad. Aunque existen otros modelos de negocio como los freemium (común de los juegos móviles o competitivos que tienen compras integrada), loot box, etc. que abordaremos en próximos artículos.

    Con el fin de continuar con nuestra investigación, os proponemos una serie de recursos y herramientas que pueden ayudaros a conocer mejor lo que nos están pidiendo:

    1.PEGI: Es un código creado por las empresas de videojuegos como sistema de autorregulación. Nos indica la edad mínima recomendada según el contenido problemático que pueda contener, como puede ser violencia, insultos, simulación de juego por dinero, etc. Es importante no confundir con edad recomendada de uso, como podría ocurrir con los códigos de los libros infantiles. Por ejemplo, un videojuego PEGI 3 puede ser tremendamente complicado y que una persona de 3 años no sea capaz de jugarlo. Que ponga 3 indica que el contenido (imágenes, historia, etc.) es para todos los públicos, no la edad que lo puede disfrutar más. El código PEGI es común para la Unión Europea, si bien en otros países tienen propuestas similares o adoptan el código ESRB de EEUU.

     

    Etiquetas del código PEGI. Fuente: https://pegi.info/es

     

    2. Demos: Muchos videojuegos ofrecen la posibilidad de probarlos de forma gratuita antes de su compra. Esto es una buena manera de ver qué ofrecen y si le va a interesar a largo plazo al menor y también si nos conviene como adultos. Las demostraciones son interesantes como herramienta para comprobar si el ordenador va a ser lo suficientemente potente como para poderlo hacer funcionar.

     

    Demos gratuitas. Fuente: Steam

     

    3.Youtube y medios especializados: En Youtube vamos a encontrar muchos “gameplays” o “walkthrough” en los que podemos ver a otras personas como juegan con él y así poder evaluar el contenido, también comprobar características que no tenemos claras, como el uso de pantallas, partida, etc. Revisar los medios especializados también nos puede dar una idea de la calidad, puntos débiles y fuertes y también mostraros posibilidades menos obvias que aportan, como por ejemplo creadores de niveles, planificación de expansiones futuras, etc.

     

    Cyberpunk 2077 gameplay. Fuente: Youtube

     

    4.Descripción del juego: En las webs de las principales plataformas podemos encontrar cuáles son las características principales y necesidades específicas para poder usar un videojuego. Esto es especialmente relevante en los videojuegos para ordenador o aquellos que necesitan complementos obligatorios, como periféricos, cascos de VR, etc. Regalar un videojuego sin que el receptor tenga las especificaciones lo hace inservible u obliga a comprar aparatos extra que pueden ser caros. También es importante conocer bien el funcionamiento de la plataforma, sobre todo en el caso de que nos pidan videojuegos para jugar online. Muchas videoconsolas de las últimas generaciones están obligando a pagar planes específicos para poder usar el modo multijugador, por ello es importante comprobar previamente si la familia tiene o quiere tener un pago extra mensual, ya que se les puede poner en un compromiso no muy agradable.

     

    Necesidades Beat Saber. Fuente: Playstation Store

     

    5.Preguntar al círculo cercano: No hay nada mejor para acabar de decidir si comprar o no un videojuego que hablar con otras personas. Hablar con el grupo de iguales de la persona a la que le vamos a regalar nos ofrecerá información muy valiosa, podremos ver qué tendencias hay, si van a jugar online (por lo tanto, hay que tener una copia para cada máquina) o si están con propuestas para una sola persona (que se pueden usar de forma consecutiva), entre otras cosas. En el caso de que quieran videojuegos para un jugador se puede plantear repartir la adquisición de los títulos entre las familias cercanas, esto evita repetir y que puedan cambiárselos o permitir el acceso al mismo juego en distintas casas, como con Steam Family Sharing. Crear una red de intercambio de videojuegos ampliaría la variedad de opciones sin disparar la inversión, una práctica habitual del pasado siglo que sería interesante recuperar.

     

    Autor: Carlos González Tardón, Doctor en Ocio y Desarrollo Humano, especialista en Videojuegos.

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