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    Comportamiento - 12/12/2017

    Por trece apps, de la “sinceridad” al bullying

    5 min Tiempo de lectura

    La oportunidad que ofrecen las redes sociales para publicar y difundir contenidos multimedia de naturaleza ofensiva se cuestiona cada vez que sale una nueva aplicación móvil destinada o de fácil acceso para adolescentes. El uso imprudente que hacen de la tecnología los convierte en autores y víctimas de cacerías totalmente descontroladas.

    Y no son pocas las “apps” que manejan, desde la más conocida, Whatsapp, pasando por derivadas del Facebook, como Facebook Honesty Box, hasta las que venden como señuelo estrella la libertad de expresión y el anonimato (ficticio) para captar usuarios: Sarahah, Yodel, ThishCrush, ASKfm, Yik Yak, Curious Cat, Secret, Gossip, After School, Voxed, o Whisper, entre muchas otras. Son aplicaciones conocidas como “de la sinceridad”, porque puedes escribir lo que quieras con total espontaneidad porque, según afirman sus desarrolladores, nadie sabrá que eres tú quien publica las preguntas o las opiniones. Aunque esto no es del todo cierto, la mayoría de ellas si remiten a las autoridades los datos y detalles del perfil (incluyendo la geolocalización) de los usuarios que son denunciados.

    Pero no se trata aquí de analizar las características o la funcionalidad de estas trece apps, u otras, porque cualquiera puede buscar esa información a través de los buscadores de Internet. Tampoco se trata de criticar o demonizar su mera existencia, sino de reflexionar sobre la extraordinaria necesidad de algunas personas de agredir a otros, adolescentes o adultos, hasta llegar a convertirse en autores de conductas tipificadas en el Código Penal como delitos, sea de vejaciones, injurias, amenazas, o de tortura e inducción al suicidio. Porque así es, las palabras tienen la capacidad de provocar lesiones psicológicas, pero también resultados físicos. En la famosa serie “Por trece razones” se pone de manifiesto cómo eso puede llegar a ocurrir. Aporta la visión de la víctima y la de los que, con sus conductas, llevan a la protagonista a tomar la siniestra decisión de desaparecer, llamando la atención sobre el hecho de que ninguno de esos “colaboradores necesarios” era consciente de estar contribuyendo a la muerte de una persona, o si lo eran, les importaba muy poco. Nos escandaliza, pero es real como la vida misma.

    Volviendo al ecosistema de las apps mencionadas y el uso que se hace de ellas: la moda de acosar. ¿Por qué no se advierte de sus peligros a los menores? ¿Por qué no incluyen una advertencia sobre los riesgos de sufrir bullying cuando te la instalas? ¿O alguna reflexión sobre las estupideces que se pueden llegar a recibir? Por ejemplo, AVISO LEGAL:

    1.- En esta app todo parecido con tu realidad es pura coincidencia.
    2.- Se pueden mostrar contenidos altamente perjudiciales para la salud.
    3.- Si algo te preocupa, las respuestas de las personas anónimas en esta app no te van a ayudar, no te conocen bien ni les interesa hacerlo.
    4.- Los usuarios de esta app se manifiestan bajo una identidad falsa, por tanto, todo lo que dicen será falso caso con total probabilidad.
    5.- La intervención de nuestros usuarios es una proyección de sus propios modales, nosotros no los educamos ni aplaudimos su falta de consideración con los demás.
    6.- Hay personas usan esta app para desahogar sus miserias, no las tuyas.
    7.- Puede que un solo usuario sea el que contesta a todo lo que dices, mediante distintos perfiles, y no un montón de gente.
    8.- Contrasta la información que recibas con adultos que te conozcan.
    9.- No contestes a los trolls, no te enfrentes a ellos, crecen cuando algo te molesta.
    10.- No cometas delitos insultando, amenazando o acosando, puedes acabar en un Juzgado.
    11.- Ser honesto implica escribir con respeto.
    12.- Dispones de un convertidor automático de ofensas en halagos para tu perfil, utilízalo.
    13.- Si utilizar esta app te provoca pena, rabia, insomnio, o cualquier otro tipo de malestar, desinstálatela y pide consejo a un adulto de confianza.

    Estas trece advertencias pueden ayudar a comprender lo absurdo de esta moda de las “apps de la sinceridad”, razones para que la autoestima de una persona vulnerable no se hunda en el juego de cuatro descerebrados, y razones para evitar que una persona con la cabeza aparentemente bien amueblada juegue a convertirse en inductor de un suicidio creyendo que las palabras no matan. Como siempre, el problema no es la tecnología, lo realmente peligroso es no educar, advertir, trabajar la autoestima, enseñar a ignorar, a distinguir entre realidad y cuento, etc.

     

    Autor: Ofelia Tejerina, abogada TIC, doctora en Derecho Constitucional y colaboradora de Dialogando.

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