Las redes sociales se han convertido en una parte influyente en la vida de muchos jóvenes y adolescentes, quienes a diferencia de muchos adultos, pasan horas y horas de su tiempo sin pensar en los posibles efectos negativos que podrían derivarse de un mal uso de las mismas.
Los riesgos inherentes del uso de Internet y redes sociales son desconocidos por algunos, ignorados o minimizados por otros, pero al mismo tiempo son también más evidentes que hace años, debido a la aparición de prácticas de riesgo (sobre todo cuando se ven implicados menores de edad) como el ‘sexting’. Se trata de la toma de imágenes sexuales o comprometidas, en definitiva, subidas de tono, que se comparten con otros. Es un acrónimo de la palabra sexo y ‘texting’, que significa escribir mensajes.
¿Dónde están esos límites?
Algunos expertos afirman que el ‘sexting’ puede ser –en parte- una manera de que los jóvenes exploren la sexualidad y la intimidad cuando es consensual, tal y como afirma la psicóloga Sheri Madigan (https://www.reuters.com/article/us-health-teens-sexting/teen-sexting-may-be-more-common-than-you-think-idUSKCN1GB1XF), del Instituto de Investigación del Hospital Infantil de Alberta de Canadá. En este sentido, estas conductas están ligadas hoy en día a una parte del cortejo para las generaciones de Internet, gracias a que los jóvenes –incluidos menores- utilizan la Red y los teléfonos móviles como parte de sus interacciones y exploraciones sexuales, según el proyecto Net Children Go Mobile (http://netchildrengomobile.eu/reports/).
A priori, puede no parecer muy arriesgado. El problema aparece cuando se coacciona, o cuando los sexos se comparten sin permiso imágenes, asemejándose mucho al acoso cibernético con las mismas consecuencias negativas para la salud mental, ya que el daño psicológico puede ser irreversible. El temor de cualquiera que no desee ver expuestos públicamente detalles tan íntimos.
La práctica del sexting se ve incrementada aún más con la edad: el 19% de los y las menores de 11 y 12 dicen haber recibido mensajes de este tipo, y el porcentaje llega hasta el 34% para la franja de 13 y 14 años, y al 42% entre los jóvenes de entre 15 y 16 años. Las consecuencias pueden ser muy graves. Sin duda, el desconocimiento ante los riesgos (de quienes lo practican y de los padres) es lo que más preocupa a los expertos, porque el mal uso del ‘sexting’ puede derivar en ‘sextorsión’ o chantaje sexual–presente en todas las edades- aunque los menores estén más expuestos, ya que son uno de los grupos más vulnerables.
El Informe Net Children Go Mobile, financiado a través del Safer Internet Programme de la Comisión Europea para investigar las condiciones cambiantes de uso y acceso a internet entre niños y jóvenes, recoge que el 31% de los y las menores han recibido mensajes sexuales de algún tipo, y el 14% dice haberse sentido “muy” (5%) o “un poco” (9%) disgustados como consecuencia. El porcentaje de niñas que afirma haberlos recibido es del 28%, frente al 35% de niños. Pero la probabilidad de sentirse disgustado por esa es experiencia también es distinta: es más probable que las chicas se sientan “muy” o “un poco” (7 y 10%) molestas por el sexting que los chicos.
El sexting no es solo cosa de niños, también es una práctica cada vez más habitual entre adultos. Por todo ello, hoy, 5 de febrero, como cada año, se celebra el Día de Internet Segura, con el objetivo de convertir Internet en un lugar mejor para todos, un lugar en el que tenga cabida el respeto, la crítica constructiva, la creatividad, la responsabilidad… De ahí que este año, el lema del #SID2019 sea: “Una Internet mejor comienza contigo: conviviendo con respeto para una Internet segura”, invitándonos a sumarnos a un movimiento global para sacar el mejor partido de la tecnología uniendo, a su vez, a las personas.
Autor: Paula Sendín Rodríguez, Periodista.