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    Comportamiento - 28/06/2018

    Acoso escolar LGTBfóbico y salud mental

    4 min Tiempo de lectura

    El acoso escolar LGTBfóbico tiene lugar con mayor frecuencia en los cursos de primaria y secundaria. Dado que afecta al alumnado en las primeras etapas del desarrollo, tiene abundantes efectos negativos sobre su bienestar psicosocial tanto durante el tiempo en el que está teniendo lugar el acoso como en el futuro.

    Efectos inmediatos

    Cuando una persona joven es víctima de bullying o ciberbullying LGTBfóbico experimenta sentimientos de humillación, incomprensión, ansiedad, indefensión, tristeza e incluso culpabilidad. La infancia y la juventud que sufre este acoso puede crecer en el aislamiento y la soledad, carente de apoyos sociales y familiares (COGAM Educación, 2012). De forma progresiva, el acoso escolar LGTBfóbico perjudica gravemente:

    • La autoaceptación personal: reconocer y aprobar las propias cualidades y limitaciones resulta vital para ser felices e ir construyendo la propia identidad a lo largo de la adolescencia. Mostrar una autoaceptación baja no sólo afecta a la autoestima, sino que causa un perjuicio en la consecución del logro de identidad, fundamental para disfrutar de una salud mental favorable, mayor motivación y razonamiento moral (Feldman, 2007).
    • La aceptación de la propia sexualidad o identidad de género: este acoso promueve la LGTBfobia interiorizada por lo que el menor experimentará serias dificultades para asumir que es gay, lesbiana, bisexual o trans.
    • La autoestima: cuando una persona no se acepta porque le recuerdan constantemente a través de agresiones que no debe ser como es, evidentemente su valoración de sí misma tiende a ser muy baja, lo cual le conduce a disponer de una autoestima desajustada.
    • El estado de ánimo: normalmente el estado anímico del adolescente será negativo al experimentar todos los sentimientos mencionados anteriormente, lo cual supone serios riesgos para una salud mental equilibrada.
    • El mantenimiento de un círculo de amistades: estar siendo víctima de acoso escolar LGTBfóbico supone tener una valoración desfavorable por parte de tu grupo de iguales. De este modo, desincentiva a otros menores a desear establecer una relación de amistad con la víctima o a estar a su lado, por miedo al denominado contagio del estigma.

    La realidad de las personas trans es aún más compleja. Transexuales y transgénero se enfrentan a un proceso de aceptación de la identidad de género dificultado por la existencia de mayores prejuicios, estigmatización y desinformación en la sociedad si la comparamos con la homosexualidad. La transfobia en los centros educativos provoca que la mayoría de personas trans hayan tenido conflictos en su centro educativo, por lo cual muchas se ven obligadas a abandonar sus estudios.

    Estas situaciones de discriminación y abuso correlacionan positivamente con psicopatologías como la depresión y la ansiedad, llevando en última instancia a un alto riesgo de suicidio en adolescentes LGTB (COGAM Educación, 2012; Feldman, 2007). Además, incentivan el absentismo y el fracaso escolar, por lo que reducen las oportunidades de desarrollo cultural y laboral de las personas LGTB.

    Impacto en el bienestar futuro

    Haber sufrido bullying LGTBfóbico en el pasado tiene un efecto negativo sobre el bienestar psicosocial del alumnado en etapas posteriores al acoso. Concretamente, las personas que han sufrido este acoso se ven afectadas negativamente al menos en dos dimensiones del bienestar: las relaciones positivas y la autoaceptación (Ojeda, 2015).

    Es decir, además de la autoaceptación, la capacidad para establecer relaciones positivas con otras personas, para hacer amistades y huir del aislamiento, se puede ver mermada a lo largo de la vida si has sido víctima de bullying LGTBfóbico. Las personas adultas que han sufrido este acoso muestran una peor salud mental, lo cual supone una mayor vulnerabilidad ante trastornos mentales y conductas adictivas.

    Adicionalmente, si durante su adolescencia el menor se mantuvo en el armario con un elevado índice de LGTBfobia interiorizada, probablemente no tuvo la oportunidad de conocer de forma afectiva a otras personas. Por consiguiente, desarrollará una adolescencia bifásica. De acuerdo con Maroto (2006), en este fenómeno el sujeto vive primero una adolescencia cronológica en la que quedan pendientes tareas esenciales como la formación de la identidad y la exploración del amor y la sexualidad. Después, con la primera relación sentimental, vendrá la adolescencia psicológica durante la adultez, socavando de este modo la adolescencia de las personas LGTB y dejándolas expuestas a mayores vulnerabilidades emocionales en su etapa adulta.

    Prevenir para preservar la infancia y la adolescencia

    Para evitar que más personas sigan sufriendo acoso escolar LGTBfóbico, familias, docentes y profesionales pueden poner en marcha distintas medidas de prevención:

    • Actuar ante comentarios homófobos, tránsfobos y/o bífobos. El apoyo social es de gran relevancia para las personas que sufren acoso escolar LGTBfóbico porque facilita la vivencia de estos sucesos (Ojeda, 2015).
    • Hablar de la realidad LGTB con naturalidad. Aceptar y mencionar la diversidad de cuerpos, orientaciones, identidades y formas de vivir la propia sexualidad.
    • No reforzar modelos cisheteronormativos, en los que no se represente la diversidad de formas de vivir el amor y la sexualidad.
    • No perpetuar prejuicios y estereotipos sexistas a través de comentarios como “eso es de chicos” o “aquello es de chicas”.
    • Promover servicios específicos de atención a la diversidad (sexogenérica, funcional, étnica, etc.) en los centros educativos.
    • Ejecutar proyectos para la aceptación de la diversidad sexogenérica que impliquen a toda la comunidad educativa.

    La guía Abrazar la Diversidad recoge más consejos y buenas prácticas para la prevención del acoso escolar LGTBfóbico desde distintos ámbitos.

    En definitiva, se trata de promover un entorno respetuoso con la diversidad sexogenérica que haga que menores y jóvenes se sientan en un espacio seguro para vivir su realidad abiertamente. La responsabilidad de los casos de acoso escolar LGTBfóbico es de toda la sociedad. Está en nuestras manos acabar con el acoso en las aulas y evitar que la infancia y la adolescencia se conviertan en un mal recuerdo para muchas personas.

     

    Autor: Javier Ojeda Melián, Trabajador Social especializado en atención a la diversidad y salud mental. Coordinador de COGAM Educación, formador en FELGTB y colaborador de Dialogando.

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